martes, 11 de octubre de 2011

Los Banner: Una Familia diferente. (Capitulo IV - 2º4)

Pasaron minutos, horas y nada de que viniera alguien a socorrerlos.
Al fin, un camión de auxilio los levantó de allí. Llegaron a la casa, muy enfadados de haber fracasado, por lo que esto llevó a que el padre Will agarrara una silla, y que la destrozara de la furia que tenia.
Los hijos asustados de que les hiciera daño a ellos, salieron a pasear un rato por el barrio, y de paso, veían si había algo a la vista que pudieran “tomárselo prestado”.
Como buenos ladrones, ellos andaban armados, con armas blancas, de las cuales solo las tenían los adultos. Estos la usaban solo en caso de emergencia.
Como el plan no se ejecutó y se arruinó, querían inventar otro de nuevo. Habían planeado algo más chico, asaltar el súper del barrio Nuevo, pero se dieron cuenta, que en esa zona siempre andan los policías rondando, ya que ocurren por lo menos diariamente cinco robos.
Pensaron y pensaron y decidieron asaltar una joyería del centro, que por lo que ellos sabían, la zona de allí era muy tranquila y no había mucha seguridad.
Pasaron los días y fueron, el padre y la madre solos a la joyería. Llegaron allí siendo unos clientes comunes, muy felices, averiguando anillos de matrimonios, cuando de repente, el joyero se distrajo, y ellos comenzaron, primero Carol lo adormeció con eter – una droga anestesista- , luego Will, agarró un bolso que estaba allí a mano y guardo todas las joyas que pudo en el, llevando consigo también, un celular que estaba sobre el mostrador, luego escaparon, llegando a la camioneta ilesos, pero en ese instante, una viejita que pasaba por allí, vio cuando adormecían al hombre, y llamó inmediatamente a la policía, dándoles el numero de la chapa de la camioneta. Los encontraron cuando iban huyendo, y los persiguieron. Ellos dándose cuenta de lo sucedido aceleraron a fondo, pero se acordaron de que la camioneta no iba a mas de 50km/h, entonces se bajaron rápidamente como un flash de la camioneta, se metieron dentro de los pastizales, perdiendo de vista a los policías, pero sin que ellos supieron, estos iban detrás de ellos, cautelosamente sin que lo notaran.

Publicado por Valeria Mederos

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