viernes, 15 de julio de 2016

La mala noticia

Cuando llegamos Marta y yo de nuestra visita por  los pueblos colidantes, le pedimos a la abuela que nos preparara una  buena sopa de ajo, pues veníamos muertos de frío y hambrientos.
-Abuela, ¿Puedes prepararnos una buena sopa de ajo?.
-¡Claro que sí!- Exclamó la abuela mientras corría hacia la cocina.
Estando en la cocina, mientras pelaba los ajos y Marta cortaba el pan, la abuela nos preguntaba:
-¿Hace mucho tiempo que están juntos? ¿Piensan casarse y formar una gran familia?
-Estamos pensando seriamente en eso, pronto le daremos una gran noticia-Le respondimos entre risas y titubeos
Al otro día cuando el sol asomaba en el monte everest, la abuela estaba ansiosa y con mucha intriga.


Cuando nos levantamos estaba la abuela esperándonos con un delicioso desayuno, nos sentamos en la mesa a desayunar y la abuela nos comentó:
-¡Buenos días!. anoche fui al doctor y me dijo que tengo floricitis, y  que e queda aproximadamente un año de vida- dijo entre llantos

No sabíamos como reaccionar, esa noticia era muy grave.


Un mes después, le dimos una gran noticia:
-¡Estoy embarazada!- exclamó Marta con una gran emoción.

-¡Oh!, que buena noticia, felicitaciones. Les voy a preparar su comida favorita, ¡Sopa de ajo!-Contestó la abuela felizmente
-¡Y nos vamos a casar!- anuncié.
La abuela de tan feliz que estaba iba bailando y cantando olvidándose de sus problemas.
Pasaron nueve meses, Marta al bebé, Cristián así lo íbamos a llamar si era varón, y si era niña Carolina.

Ya en el hospital y Cristián en la incubadora, la abuela llegó, entro como loca para conocer a  su nieto, al verlo se le cayeron las lagrimas de la emoción.

Dos meses después con Cristián en la casa de la abuela, el corría por toda la casa aunque de vez en cuando trompezaba y se largaba a llorar.

Cuando llegó el atardecer, a la abuela le dio un ataque de floricitis mientras dormía, al otro día nos dimos cuenta de que no respiraba, llamamos a la ambulancia:
-Hola señor, ¿cual es su emergencia?-Me preguntó
-Una anciana con floricitis, no respira por favor apúrese- Le respondí asustado.

Un año después, Cristián con un año y dos meses, ya hablaba y comenzó a preguntar  sobre su abuela:
-¿Que pasó con mi abu?- Me preguntó Cristián con los ojos lagrimosos.
-Esta en el cielo hijo- Le respondí
Fuimos felices desde ahí. 
                                
                                        Fin.
 Liceo N° 5 Tacuarembó
2°3
Ignacio Cáceres y Enzo Pirez